Julián Rodríguez*
“Creemos que comercio es progreso, que comercio es paz. Creemos que los valores comerciales se tienen que basar en principios” Juan Manuel Santos. Brandeburgo, Alemania
Las palabras del presidente de Colombia invitando a empresarios alemanes a incrementar sus inversiones en Colombia, fueron proferidas en el marco de su gira por Europa horas antes de reunirse con la canciller federal de Alemania Angela Merkel, en aras de avivar el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea (UE) y Colombia.
Podría pensarse que la mayoría de los países de la U.E fueron inteligentes a la hora de unirse para el beneficio comercial entre los mismos, encausando el transito “libre” de mercancías, capitales, personas y bienes con el fin de favorecer sus economías, hoy, en esa “Unión” cobra protagonismo el adagio popular “el pez grande se come al pequeño” para citar un caso; las relaciones económicas de Francia y Alemania, potencias económicas catedráticos del neoliberalismo salvaje, con países de segundo orden como Grecia, Portugal y España que viéndose afectados estos últimos por dichos acuerdos, han tenido que echar mano de recortes salariales, despidos masivos de las empresas, castigo a las condiciones de jubilación y demás medidas para sobrellevar tales impactos.
Señalar verdades a medias es mentir, Santos profesa un discurso espurio, rimbombado de buenas intenciones “Creemos que comercio es progreso que comercio es paz. Creemos que los valores comerciales se tienen que basar en principios” Las relaciones entre mula y jinete nunca serán reciprocas, quien termina favoreciéndose económicamente es el que ostenta el capital de inversión, el TLC entre la UE y Colombia es de absoluta desventaja, ni siquiera economías como la griega, portuguesa y española han podido sostener esas relaciones en la misma UE, ¡imaginen toda ella relacionándose con Colombia!, para la muestra el botón comparativo entre el sector lácteo colombiano y el de la UE, principal productor y exportador de leche en el mundo, que cuenta con amplios sistemas de subsidios por el Estado, inexistentes en nuestra producción láctea nacional, es evidente que Colombia no puede equiparar el sistema lácteo de la UE. José Félix Lafourie presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGAN) ha expresado que de entrar el tratado a operar las 450.000 familias de los pequeños y medianos productores, comercializadores y transformadores de leche quedarían en la ruina, puesto que ésta es su actividad económica base. Hay que recordarle al presidente Santos cuando expone “que los valores comerciales se tienen que basar en principios”, que no puede poner por encima los intereses económicos de los “peces grandes” olvidando que él es el encargado de lograr que el “pez pequeño” crezca. Defender el principio de Soberanía Nacional, garante de una nación libre, es insoslayable.
Mientras tanto, la OCE, organización nacional y democrática, ha de defender su expreso ideal por un país soberano e invita a que en cada movilización civil, unificadamente rechacemos el TLC de Colombia con la Unión Europea y con los Estados unidos.
Señalar verdades a medias es mentir, Santos profesa un discurso espurio, rimbombado de buenas intenciones “Creemos que comercio es progreso que comercio es paz. Creemos que los valores comerciales se tienen que basar en principios” Las relaciones entre mula y jinete nunca serán reciprocas, quien termina favoreciéndose económicamente es el que ostenta el capital de inversión, el TLC entre la UE y Colombia es de absoluta desventaja, ni siquiera economías como la griega, portuguesa y española han podido sostener esas relaciones en la misma UE, ¡imaginen toda ella relacionándose con Colombia!, para la muestra el botón comparativo entre el sector lácteo colombiano y el de la UE, principal productor y exportador de leche en el mundo, que cuenta con amplios sistemas de subsidios por el Estado, inexistentes en nuestra producción láctea nacional, es evidente que Colombia no puede equiparar el sistema lácteo de la UE. José Félix Lafourie presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGAN) ha expresado que de entrar el tratado a operar las 450.000 familias de los pequeños y medianos productores, comercializadores y transformadores de leche quedarían en la ruina, puesto que ésta es su actividad económica base. Hay que recordarle al presidente Santos cuando expone “que los valores comerciales se tienen que basar en principios”, que no puede poner por encima los intereses económicos de los “peces grandes” olvidando que él es el encargado de lograr que el “pez pequeño” crezca. Defender el principio de Soberanía Nacional, garante de una nación libre, es insoslayable.
Mientras tanto, la OCE, organización nacional y democrática, ha de defender su expreso ideal por un país soberano e invita a que en cada movilización civil, unificadamente rechacemos el TLC de Colombia con la Unión Europea y con los Estados unidos.
MOVILICÉMONOS Y DESCARRILEMOS LA LOCOMOTORA MINEROENERGÉTICA!
¡EL 3 DE JUNIO TODOS LOS COLOMBIANOS SEREMOS TOLIMENSES!
*Estudiante de Derecho, Universidad Cooperativa de Colombia. Miembro de la Organizacion Colombiana de Estudiantes -OCE- Regional Tolima.
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