Un pueblo de hombres Cultos, siempre será un pueblo de hombres libres. (J. Martí)
Valentina Cordova T.
Estudiante de la Universidad del Valle
OCE Cali
En días pasados la máxima autoridad gubernamental para la educación del Ecuador, anuncio el cierre de catorce Universidades en el vecino país, siete ubicadas en Quito y las otras siete en el resto de esa nación, medida tomada a raíz de los malos resultados en la evaluación de calidad hecha a las mismas por el Consejo de evaluación, acreditación y aseguramiento de la calidad de la educación superior (CEAACES) y por la expedición intensiva de títulos sin respaldo, hecho que fue considerado como una estafa hacia la sociedad Ecuatoriana. Dichas instituciones fueron clasificadas por el CEAACES con la categoría “E”, la más baja en los puntajes de la calidad académica en Ecuador.
Esta situación, lejos de ser un atentado a la autonomía universitaria, constituye un acto soberano y un autentico esfuerzo por elevar los niveles culturales de la población de la nación hermana. Los consejos de educación superior creados por pasados gobiernos, encubrieron de manera sistemática, mediante la proclamación de una falsa autonomía universitaria, los problemas académicos de estas instituciones: carencia de estamento profesoral de tiempo completo y verdaderamente capacitado, infraestructura pobre, deficiencia de materiales tecnológicos y medios para garantizar la investigación, entre otros. Estas universidades de pésima calidad fueron resultado del proceso de mercantilización de la educación superior ecuatoriana agenciado por dichos gobiernos, estas respondían a intereses ajenos a las verdaderas necesidades del vecino país.
El funcionamiento de las universidades que fueron cerradas traía dos serias implicaciones para el desarrollo del hermano país, por un lado, el proceso de aculturización al cual estaban siendo sometidos los miles de jóvenes ecuatorianos matriculados en dichas universidades y por otro lado los contenidos académicos impartidos en dichas instituciones estaban al servicio de empresas multinacionales, muestra de ello es la oferta masiva de carreras con pobre contenido académico, formativo y científico que se apartaban de los criterios de calidad, formación y sensibilización del desarrollo humano. El cierre de estas universidades da muestras de que el gobierno Ecuatoriano tiene compromisos firmes frente a la formación de seres capaces de investigar y trabajar para el desarrollo de su nación, conducta diametralmente opuesta a la del gobierno colombiano.
Mientras que las fuerzas vivas del Ecuador, junto con su gobierno ejercen un control democrático sobre sus universidades en miras a consolidar un sistema educativo serio y acorde a las necesidades del desarrollo del país, en Colombia siguen pululando las “Universidades de Garaje”, instituciones técnicas o tecnológicas de muy baja calidad. La experiencia ecuatoriana fue contundente, en palabras de René Ramírez Gallegos, Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación delEcuador, se instauró en la cultura ecuatoriana, y en muchos sectores, el tema de la 'titulocracia' (Entrevista el día 21 Abril 2012, periódico el Tiempo), un engaño generalizado donde miles de jóvenes ostentaban títulos sin poseer los conocimientos y aptitudes que ello acredita. En Colombia se ha vuelto casi una moda por parte de algunas instituciones de educación superior (IES) privadas otorgar títulos sin tener en cuenta los conocimientos necesarios sobre la profesión a ejercer o a profundizar, casos que son considerados “falsedad en documento público” en palabras del Senador Jorge Enrique Robledo.
En nuestro país el gobierno ha propuesto una universidad al servicio de los intereses del capital financiero y de las grandes multinacionales, se ha dedicado a continuar con la asfixia presupuestal a la Universidad Pública aplicando todo tipo de filtros y controles para su futura financiación, como por ejemplo, los registros calificados y las acreditaciones de todo tipo. Con la iniciativa de reformar la actual ley de educación superior Santos pretendió legalizar la inserción del ánimo de lucro en la educación superior con la creación de Universidades Mixtas, que funcionan con capital privado y público, donde la actual desfinanciación es la base para que prevalezca la tendencia a su completa privatización, hecho que demuestra una vez más que la educación no es tenida en cuenta como un derecho fundamental por los gobiernos neoliberales de turno, sino como un negocio para el capital privado. En Colombia cada vez se vuelve más difícil acceder a la educación, ya son miles de familias endeudas por años con los organismos crediticios, como el ICETX, beneficiando al capital financiero en detrimento de la calidad de vida de los Colombianos.
En este nuevo periodo, la Comunidad Universitaria Colombiana, desde la Mesa Amplia Nacional Estudiantil –MANE-, estudiantes, profesores, trabajadores y comunidad en general, trabaja fuertemente en la construcción de una propuesta de ley alternativa de educación superior, verdaderamente democrática, gratuita, científica y al servicio de la nación. Es correcta la postura que toma Guillaume Long, presidente del CEAACES: “Una universidad no puede ser un negocio de algún empresario sin escrúpulos, la educación debe de ser un bien público como la salud, no responde a dinámicas del mercado, puede ser privada, pero sin fines de lucro”. El mismo funcionario nos recuerda que la razón fundamental que llevó al gobierno ecuatoriano a la suspensión definitiva de las instituciones mencionadas, fue que en el año de 1992 al 2006 el Congreso Ecuatoriano se dedicó a legislar en pro de facilitar la creación de una serie de universidades que se lucraban fabricando títulos sin respaldo, muchas de ellas para el beneficio clientelista de sectores políticos del Ecuador. Fue tan escandalosa la situación que muchos de los congresistas creadores de estas leyes, fueron rectores de estas universidades.
El trabajo hacia un cambio del modelo de educación colombiano es más arduo que el de nuestro país vecino por ser Colombia un país con un gobierno que responde a los intereses de potencias extranjeras, la puesta en marcha de un TLC con Estados Unidos y los demás que se negocian con otras naciones, como Corea del Sur, es prueba de ello. Requerimos un profundo cambio cultural que promueva un gran debate nacional sobre las políticas sociales y económicas imperantes, un debate que promueva un autentico Desarrollo Socioeconómico soberano y nacional que marque la dirección y el rumbo del país.
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