César Kollazos
Marcel López
Representantes Estudiantiles ante el Consejo Académico
Universidad del Valle
Septiembre 2012
La Mesa Amplia Nacional Estudiantil –MANE es el mayor logro organizativo y programático del movimiento estudiantil universitario colombiano, le ha brindado a la lucha estudiantil una carta de navegación sobre el tipo de universidad que queremos conquistar: el programa mínimo, el cual representa una brújula en el debate político y académico que confronta las ideas del neoliberalismo, ideas que son concretadas por los sucesivos gobiernos desde la apertura económica de los años 90 del siglo pasado y que se profundizan con el gobierno de Santos, el mismo que ve cómo se desploman las universidades por falta de recursos para el funcionamiento y la inversión (la cifra por desfinanciación según el Sistema de Universidades Estatales suma 672 mil millones a 2009), mientras sus políticas económicas le brinda garantías sin iguales a la inversión extranjera para que saquee nuestros minerales, explote nuestro trabajo, destruya el medio ambiente y profundice la miseria.
A pesar de tan difícil panorama que vive el país y las universidades públicas, una generación estudiantil ha confrontado las ideas que promueve y materializa el gobierno de Santos con un alto nivel en los argumentos, con la acertada resistencia civil organizada y con un compendio de principios sin los cuales el país no se habría unificado con el estudiantado en la conquista de una universidad científica, nacional y pública. Una generación que podrá decir con la frente en alto: ¡somos generación MANE!, la misma que frenó las ambiciones de los tecnócratas neoliberales por convertir la universidad pública en un nicho para la especulación financiera.
Ha pasado un año desde que el estudiantado decidió confrontar al gobierno nacional y su propuesta de reforma en las calles con una manifestación civilista, democrática, llena de contenido artístico y cultural. Gracias a la contundente acción del Paro Nacional Estudiantil Universitario, se dio apertura al más enriquecedor debate sobre el modelo de universidad que promueve en la actualidad el neoliberalismo (la Universidad de la ley 30 de 1992) y la que desea conquistar la generación MANE: una universidad científica, pública, gratuita, de calidad educativa y excelencia académica, autónoma, financiada completamente con recursos Estatales y que contribuya al impulso del mercado interno, al desarrollo científico, artístico y humanístico del país. Producto de este proceso, hoy la comunidad universitaria y el país tienen el más importante compendio de principios sobre un modelo de educación para un país con soberanía democracia y paz: la Exposición de Motivos de la Ley Alternativa de Educación Superior.
El movimiento estudiantil colombiano tiene la indelegable tarea de continuar fortaleciendo las formas organizativas democráticas en los claustros universitarios, como son los consejos estudiantiles, la MANE y sus expresiones locales: las Mesas Locales, escenarios donde convergen todas las formas de pensamiento estudiantil organizadas o no. Este fortalecimiento debe ser reflejado en la contundencia de la movilización nacional y regional que emprende el movimiento estudiantil en este semestre.
Bajo la consigna de ¡1 billón de pesos más para la universidad pública! la comunidad universitaria, liderada por los estudiantes, inundarán las calles de cultura, arte y color, reclamando la atención del Estado a las universidades públicas, atención que se materializa con la asignación de presupuesto para el funcionamiento y la inversión.
El estudiantado le está cumpliendo al país. Mientras el gobierno se empeña en trazar políticas que afectan a las amplias mayorías del pueblo colombiano destruyendo el mercado interno –y con ello el trabajo digno–, el medio ambiente, entregando en manos del mercado los derechos sociales como la salud y la educación, todo fruto de la aplicación de estrategias antinacionales del mercado mundial concretados en los diversos TLC firmados por el gobierno colombiano, el movimiento estudiantil confronta a los arrendatarios de poder nacional y sus políticas contraproducentes a través de su plataforma organizativa –la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE– y sus principios –el Programa Mínimo de los Estudiantes–, herramientas que hacen parte de la táctica acertada del movimiento estudiantil y que han ocasionado duros golpes al establecimiento.
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