Mauricio Castañeda, Coordinación Nacional - Polo Joven -
Bogotá, Febrero 2 de 2013
Que en Colombia la educación está en crisis es un consenso casi que generalizado. De lo que se trata es de hacer un análisis del porqué esta situación y el qué hacer para salir de ella. Veamos.
I. Una educación para la apertura económica
Poco tiempo después que el Consenso de Washington planteara la necesidad de reformas constitucionales en todo el orbe, Colombia instaló una asamblea constituyente para poder acomodar el país a la apertura económica.
En el campo educativo no se hizo esperar y es así como en 1992 se sanciona la tan conocida Ley 30, “por medio de la cual se reglamentaba la educación superior en Colombia”. Al analizarla en detalle, junto con documentos posteriores producidos por el Banco Mundial y el BID, encontramos que la Ley 30 era necesaria en la lógica neoliberal. Menos financiación estatal, homogenización de los contenidos, reformas curriculares, menos profesores de tiempo completo, menos investigación, menos inversión en infraestructura, entre otros de los males que se ven agravados hoy.
¿Por qué este tipo de reformas? La respuesta, según el pensamiento neoliberal, es que era necesario que la educación colombiana estuviese a la altura de la apertura económica, necesario para permitir el ingreso del capital privado en el sector y necesario porque Colombia se empezaba a especializar en producción de materias primas, al par que eliminaba toda protección a la industria y el agro, los sectores productivos de la economía. Un país así no daba entonces lugar a profesionales con altos conocimientos en la ciencia, la tecnología y el desarrollo de conocimiento.
II. TLC y privatización
El modelo neoliberal de educación planteado para Colombia poco a poco empezó a mostrar su efectividad en los objetivos plateados, a tal punto que la crisis que vive hoy la universidad es el producto de 20 años de esa misma política.
Pero no era suficiente, y en el concierto mundial aparecen los TLC, orientados por EU en su afán de invadir cada país de forma económica, cultural y política. Es así como se firma un TLC Colombia-EU y, en la misma lógica aplicada años atrás, se incluye la educación en ese acuerdo, con exigencias especificas.
Ya la Ley 30 de 1992 tampoco era suficiente. En su momento cumplió el papel de adecuar la educación a las exigencias de la apertura, pero ahora no le sirve al modelo porque el TLC necesita universidades con ánimo de lucro, inversión del capital financiero en la educación, universidades corporativas, manejar el mercado de los préstamos o créditos educativos, controlar la investigación, desarrollar una técnica tan básica que se adecúe a la mano de obra barata, tener “profesionales” en menor tiempo de preparación, entre otras reformas.
La Ley 30 ha llevado a las universidades a un déficit financiero de 11 Billones de pesos (http://bit.ly/11h5Osn). Son varias las universidades en quiebra, y ahora la intención es profundizar ese modelo. Es por eso que el gobierno de Juan Manuel Santos insiste en la necesidad de una reforma a la educación superior cuyo principal objetivo es adecuar la educación colombiana a las nuevas exigencias del TLC.
III. La educación para un país con soberanía, democracia y paz
Ante ese oscuro panorama del cómo está la educación y las proyecciones que se le hacen por parte del gobierno nacional, la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE, le ha presentado al país en pasados días el primer borrador de articulado de propuesta de ley alternativa de educación superior.
Dicho borrador está alumbrado por el Programa Mínimo del movimiento estudiantil colombiano, programa que guió la batalla contra la reforma a la educación superior presentada por Juan Manuel Santos en el 2011. Es ese programa el que orientó las discusiones durante todo el 2012 y el que fundamentó una exposición de motivos sancionada durante el mes de septiembre en el V Plenario de la MANE en Bucaramanga.
Educación gratuita y de calidad, ya no es una consigna más del movimiento estudiantil. Hoy le hemos presentado al país la fórmula y la propuesta del cómo hacerlo realidad.
Sin embargo, la propuesta final, que se espera sea sancionada en abril de 2013 por la MANE, debe ser respaldada en las calles con la movilización, puesto que ha sido con la lucha de las masas como se ha resistido a este modelo de educación y será con la lucha de las masas con las que pelearemos por una nueva educación para Colombia.
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