Por: Luis Felipe Buelvas Rico. Organización Colombiana de Estudiantes -OCE-Secundaria Bolívar.
La situación actual de nuestra nación es tristemente paradójica: Colombia es el tercer país más desigual del mundo pero, a su vez, dicen, es uno de los más felices. Al escuchar tan ridícula afirmación surge una pregunta: si según el Gobierno Nacional un colombiano que gane mensualmente 192 mil pesos deja de ser pobre, entonces ¿con qué bases se mide esa felicidad? O, mejor dicho, ¿qué entienden por “felicidad” en un país donde hasta el pensionarse se convierte en hazaña de unos cuantos?
Sin embargo, entre tantos ríos de lágrimas y miseria la OCE forja la unidad del movimiento estudiantil, en pro de construir una ley alternativa de educación que permita la realización de una Colombia digna, libre y soberana. La Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) ha llevado a cabo foros, debates y actividades que dinamizan dicho proceso. La MANE avanza; el gobierno neoliberal tiembla.
Asimismo, la Organización Colombiana de Estudiantes fortalece su labor en las instituciones educativas de secundaria, apoyando las luchas de los colegiales que propenden por una educación pública y de calidad; calidad masacrada en nombre de una gratuidad falsa y demagógica, pues no sólo reduce los recursos económicos a destinar, sino que también ignora el estado físico de las escuelas, cada vez más paupérrimo, cada vez más ilógico.
Desde la profundización de las políticas neoliberales en el sector educativo, ejecutada por los gobiernos de Pastrana, Uribe y actualmente Santos, la situación de este sector se caracteriza por las siguientes particularidades[1]:
· Injerencia absoluta de los empresarios en el diseño y materialización de los planes educativos del Ministerio de Educación.
· Hacinamiento en las aulas, cuyas consecuencias son netamente perjudiciales en la calidad de la educación y el ambiente escolar.
· El billonario recorte de los recursos destinados a la educación pública, a través de los Actos legislativos números 01 de 2001 y 04 de 2007.
· Detrimento de las condiciones laborales de los maestros, especialmente las de los nuevos, con la expedición del decreto 1278 de 2003.
· La intermediación de los recursos públicos destinados a la educación mediante figuras jurídicas como la entrega de megacolegios en concesión, o la ampliación de la cobertura con oferentes privados y la contratación de la dirección y administración de las escuelas a través de particulares.
En pocas palabras, el Estado colombiano pasó de ser garante a contratista del derecho a la educación; derecho maltratado y convertido en una vil mercancía.
Por dichas razones, la Organización Colombiana de Estudiantes sabe que éste es el momento oportuno para consolidar la unidad del estudiantado colombiano ya sea en las universidades o en los colegios, con el objetivo único de construir una ley de educación superior que divida la historia en dos, que materialice finalmente el concepto de educación como derecho, y se convierta así en el faro que ilumine a nuestro país en la búsqueda de la democracia, la soberanía y la paz, tal como reza la consigna de la MANE: espacio donde se elabora la verdadera, histórica y ejemplar revolución educativa.
[1] Niño Avendaño, Senén. ¿Por qué tanto empeño del gobierno en privatizar la educación pública? En: Revista Educación y cultura. Abril 2011. No. 90. Página 4.
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