Ponencia presentada en el Encuentro Nacional Preparatorio de Estudiantes de Secuandaria, 4-5 de Agosto de 2012


Carolina Barón, estudiante del Colegio Nuevo Kennedy de Bogotá - Organización Colombiana de Estudiantes -OCE- Secundaria.
Colombia atraviesa por una gran crisis, que ha tocado a todos los sectores económicos y a toda nuestra población. Luego de más de 20 años de una política económica impuesta desde Organismos Internacionales como el FMI, el BM y el BID, así como del Gobierno de los Estados Unidos, que privilegia el beneficio de las multinacionales y del sistema financiero internacional sobre el desarrollo nacional y el bienestar de los ciudadanos. La radiografía del país es desalentadora. Según el DANE más de la mitad de la población es pobre, más del 70% está la informalidad y Colombia es el tercer país del mundo con mayor desigualdad.

La salud enfrenta una tremenda crisis a causa de casi 20 años de Ley 100 que la privatizó y desapareció la mayoría de hospitales públicos del país , y hoy amenaza los pocos que quedan beneficiando a las parasitarias EPS que simplemente juegan con la vida de los colombianos para lucrase. La profundización de la política neoliberal ha destrozado el agro colombiano y la industria nacional, y el TLC acabará con lo poco que aún queda sumiendo a la población de nuestro país en una crisis sin precedentes.

El actual gobierno de Juan Manuel Santos es tal vez el más juicioso ejecutor de estas políticas que van en contra de los intereses del pueblo colombiano, su locomotora minero energética busca sentar la base económica en la explotación de la minería y el petróleo, entregadas a compañías extrajeras que se llevan los beneficios y que no generan empleo, destruyen el ambiente y la industria nacional.

La educación no ha estado exenta de estas políticas retardatarias y antinacionales, la educación básica y media al igual que la superior ha venido viviendo una serie de recortes presupuestales que ponen en peligro su subsistencia, convirtiéndola en un nuevo negocio, la calidad se ha visto cada vez más degradada mediante la incorporación de las competencias, la estandarización de los contenidos y la adecuación del aparato educativo para la formación de personas que le sirvan a los intereses de las multinacionales y de los actividades del capital financiero.

La privatización de la educación básica y media ha aumentado progresivamente por medio de la implementación de la concesión y los convenios públicos-privados. El primero es cuando la infraestructura pertenece al Estado y se le da a un privado para que lo administre, el segundo es cuando el Estado acuerda con instituciones privadas para que estas eduquen a los estudiantes del sistema público y les giran los dineros. Ambos reglamentados por el decreto 2355 de 2009. Este sistema se ha convertido en un gran negocio, por ejemplo en Bogotá donde los convenios se realizan por localidad, hemos encontrado un mismo colegio, como el “Fe y Alegría”, que tiene contratos con la Secretaria de Educación en diferentes localidades y su expansión se debe a los convenios que tiene con el distrito. A nivel nacional, está situación se da mayoritariamente en zonas rurales y marginales de las ciudades y la característica es que la educación impartida es de mala calidad. Bajo este modelo de convenios el gobierno colombiano aumento la cobertura en un millón de estudiantes desde el año 2002, lo que corresponde al 49,4% del aumento total desde el 2002 hasta el 2010 y el gobierno de Santos ha insistido en esta política y en su Plan Nacional de Desarrollo planteó profundizar los convenios para aumentar la cobertura.

La educación pública vive un gran proceso de desfinanciación. En 1998, el entonces Ministro de Hacienda, hoy Presidente de la Republica Juan Manuel Santos firmó un acuerdo con el FMI, el cual le imponía a Colombia reducir el gasto público para poder hacer frente a la creciente deuda externa del país, que hoy asciende a 76.437 millones de dólares lo que representa cerca de 20% del PIB y que Colombia le destina a su pago anualmente más del 25% del presupuesto nacional, este acuerdo produjo los Actos Legislativos 01 de 2002 y 011 de 2007 que le reducen en 15 años alrededor de 79 billones de pesos a las transferencias departamentales que cubren la educación, la salud y el saneamiento básico.

Según la Unesco Colombia invierte menos del 3,6% en proporción del PIB en Educación (2011) por debajo del promedio de la región de 4,7%. La inversión en otros países como Cuba (13%), Argentina (4,7%), Brazil (4,8%), México (4,4%) Chile (3,7%). Colombia hasta el año pasado invertía en promedio cerca de 1.200.000 pesos por estudiante, de secundaria, mientras según este mismo organismo internacional según el PIB per cápita que invierte el estado en educación, países como Brazil invierten, (20,9%) (US$2.343-3.515.335COP) México (15,6%) (US$2.272-3.407.976COP), Estados Unidos (US$ 11883-17.823.834 COP) Chile (US$ 2793-4.189324COP) y Finlandia el país con la mejor educación del mundo (36,1%) (US$13.167-19.750.129COP)

Lo anterior refleja el grave estado en materia financiera que atraviesa la educación básica y media en el país, esto sumado el recorte de las regalías que ha afectado a varios municipios del país, esta bomba explosiva ha llevado a no contar con la cantidad de docentes necesarios, personal administrativo insuficiente y una infraestructura degradante, esto es posible verlo en todos los departamentos del país, a la vez que fue la causa del paro educativo de Casanare el semestre pasado, justa lucha de la sociedad de ese departamento por tener una educación de calidad y en condiciones dignas.

A pesar de lo anterior el Gobierno de Santos decidió profundizar con esta política por medio del el decreto 4807 de 2011, mal llamado de la gratuidad educativa, puesto que la realidad está muy lejos de esto. Si bien el decreto no permite que se hagan pagos por ningún concepto y aumenta en promedio 70.000 pesos al año por estudiante, también dispone que con ese dinero se deba invertir en planta docente, infraestructura, administración y bienestar, donde la inversión estatal sería alrededor de 500.000 pesos por estudiante al año, llevando a la desaparición de cientos de colegios públicos del país.

El problema financiero de la educación pública ha traído serias consecuencias en la calidad que se recibe en Colombia. Sin embargo, el gobierno nacional ha impulsado una serie de políticas que cada vez más pauperizan nuestra educación. En 2001 por medio del decreto 230 de 2002 y posteriormente el 1290 de 2009 que introdujeron y profundizaron las competencias educativas que buscan la estandarización de los contenidos educativos por medio de los resultados de las pruebas icfes, hoy Saber 9 y Saber 11. Bajo estas medidas las instituciones educativas deben esforzarse por sacar buenos resultados y dependiendo de ello se les destinara más presupuesto, un chantaje descarado por la grave situación financiera, lo cual atenta contra pilares fundamentales de la educación, como lo son la autonomía académica y la libertad de cátedra. Por tal razón rechazamos las resientes intervenciones de la Ministra de Educación en las cuales habla de imponer un currículo a las instituciones educativas que no cumplan con las exigencias del ministerio, profundizado cada vez más la crisis de la educación y atentando contra la autonomía escolar.

Conforme a lo anterior se ha venido introduciendo la articulación educativa, que ha tenido nefastas consecuencias en todo el país. Esta política busca que los estudiantes de de la media comiencen a ver programas de carácter técnico por medio del SENA y de instituciones que presten este tipo de educación, especialmente privados, para que posteriormente puedan continuar estos programas en esas establecimientos y sus contenidos son homologados. Todo con el argumento de la promoción a la educación superior.

La realidad es que los estudiantes que se encuentran articulados una vez terminados sus estudios no reciben el tan anhelado diploma técnico, sino que adquieren un Certificado de Aptitud Profesional. Las instituciones por fuera del SENA son generalmente instituciones de mala calidad y la oferta que se ofrece es limitada, en contraprestación los estudiantes dejan de ver materias obligatorias y fundamentales para presentar los exámenes de acceso a algunas universidades, lo que les impide continuar con su formación profesional. Esta situación va de la mano con la desaparición de los colegios técnicos e industriales así como de los normales, que ofrecían la media-técnica de buena calidad. El argumento del gobierno nacional es fomentar la formación para el trabajo, capacitar a los estudiantes desde el colegio para el mercado laboral, mercado que responde a un país que ha eliminado su industria y su agro, y que se basa en la economía extractiva como pilar fundamental. La política santista que responde al modelo neoliberal busca formar a nuestra juventud como mano de obra y semi-calificada, para que sirvan a los proyectos que atentan contra la soberanía nacional y van en contra de los intereses del pueblo colombiano.

El movimiento estudiantil no puede desconocer la crisis que vive la educación, es necesario que se organice y luche por el cambio que se necesita, el encuentro que vamos a preparar debe alzar las banderas de la transformación de Colombia, de la defensa de la soberanía nacional y el desarrollo económico de nuestro país.

Es necesario profundizar el dialogo con otros sectores que defienden la educación, como son nuestros aliados naturales, los maestros, quienes llevan décadas luchando este cambio. Fecode es pieza fundamental en cualquier pelea que queramos dar, su experiencia y apoyo son indispensables en la transformación de la educación en Colombia, debemos acercarnos a ellos y ahondar en las relaciones con ellos en cada uno de los departamentos del país. Por tal razón debemos comprometernos con la iniciativa del Referendo por la Educación como Derecho que están promoviendo y activar de manera inmediata los comités locales en defensa de la educación como derecho, acompañándolos en la lucha que adelantan por mejores condiciones laborales, que son indispensables para recibir una educación de calidad.

Debemos aprender de la experiencia organizativa y de lucha de los compañeros de la MANE, cuya batalla ha sido un ejemplo que debemos emular y sin duda debemos reconocerlos como los únicos voceros de los estudiantes de la educación superior en Colombia. Nuestra relación y dialogo con ellos debe ser constante y fluido, puesto que su objetivo primordial como el de nosotros es transformar la educación colombiana.

Debemos apoyar y participar de manera activa en todas las jornadas de movilización promovidas por Fecode y la MANE, así mismo ahondar y traer a la lucha por educación nacional a los padres y madres de familia, quienes viven día a día las consecuencias de la política antinacional que encarna Juan Manuel Santos.

Los compañeros y compañeras que hoy participamos en este encuentro preparatorio debemos ir a nuestros espacios locales a llevar este mensaje, a generar espacios de dialogo entres los estudiantes que no pudieron asistir, para avanzar en la organización del movimiento estudiantil de secundaria desde las regiones, por tal razón, tenemos que adelantar encuentros departamentales, donde se puedan dar inicialmente los debates que sirvan como punto de partida al Encuentro Nacional de Estudiantes de Secundaria y se tomen las visiones y las preocupaciones más sentidas de los estudiantes de toda Colombia.

Finalmente, el Movimiento estudiantil de secundaria debe rechazar enfáticamente la política educativa del actual gobierno que profundiza la crisis y pone en peligro la existencia de la educación pública, asi como la política económica y los TLC que destruyen el poco aparato productivo nacional impidiendo el desarrollo de nuestro país. Es necesario el despertar de los estudiantes colombianos en la lucha por una educación nacional, científica y democrática y de igual manera por una nación verdaderamente soberana y democrática.

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