La reciente recomendación del Banco Mundial y de la OCDE (Organización de Cooperación al Desarrollo Económico), exclusivo club de países ricos al que desesperadamente el presidente Santos pretende meter el país, de aumentar en un año la educación colombiana, es decir hasta el grado 12, llamó la atención de la opinión nacional. El argumento por demás rebuscado se basa, según ellos, en que los niños colombianos están terminando su proceso escolar a muy corta edad, 16 años, por lo cual salen con una formación académica de muy mala calidad. La recomendación, simplista por cierto, es la de aumentar en un año el ciclo educativo. Así los niños, según estos expertos, culminan su bachillerato a mayor edad y por tanto mejor preparados.
La primera pregunta que surge y su respuesta de paso destruye esta teoría de los sabios de del BM y la OCDE, es : por qué razón los niños colombianos de los colegios de élite , que también culminan sus estudios de secundaria a los 16 años y en los mismos 11 grados, si salen bien preparados?. Por qué razón estos estudiantes obtienen los mejores resultados en las pruebas de estado?. Por qué carajos pasan en las mejores universidades?. Acaso pertenecen a una raza diferente?. Pues sencillamente no. La razón es muy simple: esos colegios no se someten a los programas o planes de estudio que el Ministerio de Educación Nacional le impone a las instituciones oficiales en los cuales las áreas del conocimiento han ido siendo desplazadas para dar espacio a las “competencias laborales”, “ las competencias ciudadanas” y las que resultan de las articulaciones por ejemplo con el SENA. En esos colegios, confesionales muchos de ellos, prima la enseñanza de las matemáticas, la física, la biología, la química, el inglés, el español, la geografía, la historia y óigase bien, la educación física como una instrumento de la formación del estudiante. Ellos sí hacen de la autonomía escolar que conquistó Fecode en la Ley General de Educación, su razón pedagógica para centrar sus planes de estudio en las áreas del conocimiento, en una educación científica. Ese es su secreto: alejarse de la educación para pobres que ha impuesto la política neoliberal del gobierno. Es lo que debe asumir FECODE y sus sindicatos filiales en todo el país como bandera de lucha para mejorar la calidad de la educación. Solo así podrá contrarrestar el debilitamiento de las áreas del conocimiento frente a la basura curricular del MEN que la acogió de las recomendaciones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otras agencias del gran capital, los mismos que hoy controlan la OCDE, ese exclusivo Club de ricos que consideran que como en el caso de la salud, la educación, las pensiones y hasta en los alimentos, hay una política para las pobres y otra para los ricos. Santos y sus predecesores lo saben y lo han ejecutado a las mil maravillas. Es su política: la política neoliberal de entrega de los intereses del país, entre ellos la educación. El problema entonces, no es ni es por la edad de los niños, ni por falta de más grados en la enseñanza. Es por la política educativa que riñe con una educación científica al alcance de toda la población escolar. Esa es la lucha.
JOSÉ DIÓGENES ORJUELA GARCIA
Segundo Vicepresidente
Central Unitaria de Trabajadores de Colombia -CUT-
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Bogotá D.C. Colombia, Sur América
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