Luis Ariel Carpio, Cartagena, enero de 2012.
El pasado diciembre, el presidente norteamericano Barak Obama promulgó una Ley que contiene nuevas y endurecidas sanciones contra la economía Iraní que afectan su sistema financiero y promueven un embargo a sus exportaciones petroleras. La medida incluye un castigo a las empresas nacionales y extranjeras que realicen transacciones con el Banco Central de Irán y está a punto de ser adoptada por la Unión Europea, UE.
Estas nueva ola de sanciones se suma a la ya larga lista de condenas que los Estados Unidos y sus aliados han impuesto a Irán en las últimas tres décadas desde la llegada los Ayatolas al poder y cuyo objetivo confeso ha sido el estrangulamiento económico y la desestabilización política de la República Islámica.
Después de aparecida la ley, ha sido Francia el país que ha liderado la concreción de tales sanciones y con su concurso se ha buscado hacerlas extensivas a todo el continente europeo y a Asia. No obstante, el boicot a las exportaciones petroleras iraníes y las demás sanciones impuestas, hay nerviosismo en varios países importadores por una posible distorsión de los mercados mundiales y el alza en las cotizaciones.
Irán es hoy el tercer productor de la OPEP con un flujo de exportación de 2,5 millones de barriles de petróleo diarios, solo detrás de Arabia Saudita y Emiratos Árabes, y el cuarto mundial detrás de Rusia. Del total de las exportaciones iraníes, el "continente europeo" adquiere el 18%, de los cuales sólo una porción que oscila entre el 5 y 6% tiene como destino los países de la UE, lo que ha puesto en duda la efectividad del embargo que están ad portas de acordar en la Unión.
Lo que pueda ocurrir, especialmente en lo relativo a una alteración de los precios internacionales del crudo, preocupa en mayor medida a los países que más duro ha golpeado la reciente crisis de la deuda europea, Italia, España, y Grecia, coincidentemente, los mayores receptores europeos del petróleo iraní; Italia importa 180 mil barriles diarios, España 160 mil, y Grecia 100 mil barriles, mientras que Francia, el más furioso promotor de las sanciones, importa solo el 3% de su petróleo de Irán.
La decisión de estrangular la economía iraní, no puede lograrse solo con mermar las importaciones de la UE. Las cifras demuestran que es posible sólo si los auspiciadores de estas medidas logran sumar más países a su causa. La idea de las potencias imperialistas es convertir estas medidas en un embargo internacional de gran alcance con el fin de liquidar financieramente a la República Islámica. Francia y los EEUU le han pedido a Japón y a Corea del Sur, quienes después de China e India son los mayores compradores de crudo iraní, que se sumen al embargo, pues saben que de no cortar el flujo hacia Asia, la medida tampoco tendrá efecto alguno.
Recientemente lograron que Japón aceptara. Tokio pidió a Arabia Saudí y a Emiratos Árabes un acuerdo para compensar el petróleo iraní, y seguramente Seúl hará lo propio, no obstante las presiones que en sentido contrario pueda ejercer China que hoy figura como su principal socio comercial y ha expresado su desacuerdo con las sanciones, aun cuando de uno u otro modo el embargo pueda favorecerle en lo inmediato.
Beijín es el mayor comprador de crudo iraní, adquiere el 22% del total de sus exportaciones petroleras y sabe que el desespero de Teherán por la caída de sus exportaciones puede llevarle a ofrecer a sus actuales compradores precios baratos, lo que le favorecería, del mismo modo que a su segundo mejor cliente, la India, que consume el 13% del crudo exportado por Irán; favorecería también a Corea del Sur y al propio Japón. Pero de otro lado los chinos saben que de colapsar Irán esto le conduciría a tener que depender en última instancia del petróleo ruso, que es más caro, o depender totalmente de los saudí, los Emiratos y Kuwait, que quedarían con el monopolio del mercado y cuentan con el defecto de ser los áulicos del imperio norteamericano en el Golfo.
Para los EEUU es importantísimo crearle dificultades a China y esto lo puede lograr liquidando a Irán, que es su principal proveedor energético. No se puede olvidar que el erguimiento de China en los últimos años, en lo económico y sobre todo en lo militar, preocupa mucho a Washington, razón por la que han decidido hacer todo lo que esté a su alcance para boicotear su economía y ganarle terreno político-militar en sus regiones de influencia. La caída de Irán tiene implicaciones geopolíticas negativas para el gigante asiático.
El As que tienen las potencias europeas, especialmente Francia y, los Estados Unidos, para evitar una perturbación del comercio mundial de crudo es compensar la brecha dejada por el petróleo iraní con un mayor bombeo por parte de otros productores de alta talla. París informó sobre conversaciones con algunos países productores con el fin de neutralizar cualquier tendencia alcista en el precio del petróleo. Estos países son Arabia Saudita, que es el primer proveedor mundial con una producción que supera los 8 millones de barriles diarios, junto con Emiratos Árabes y Kuwait. La producción de estos tres colosos suman casi 14 millones de barriles de crudo al día y estarían en capacidad de aumentar la producción para equilibrarla en los 30 millones de barriles diarios, que es la tasa que hoy tiene fijada la OPEP incluyendo la cuota de Irán para suplir la demanda mundial.
Otro hecho que no se puede soslayar es que a Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Kuwait no les sirve el actual equilibrio de fuerzas que existe en la OPEP, pues les impide manipular los precios a favor de Europa y los EEUU. Fue el bloque conformado por Irán, Libia, Venezuela, Argelia y Ecuador, el que, bloqueó la propuesta de incrementar la producción mundial de 29 millones de barriles diarios a 30.3 millones cuyo fin era abaratarles el combustible a los países consumidores.
Luego del fracaso de esta propuesta sobrevino una avalancha de críticas contra la OPEP por parte de Arabia Saudí que finalmente incrementó su cuota de producción por encima de la voluntad del organismo dejando en 30 millones de barriles la producción diaria del combustible por parte de la OPEP. Este episodio constituyó un punto de inflexión que dio origen a la actual escalada contra Irán, el principal opositor a los planes de los saudí y sus aliados en la OPEP.
Actualmente Arabia Saudí es el país más rico del Golfo y el mejor armado, lo que lo hace un adversario temible, especialmente si cuenta con el poder imperialista de los EEUU, Francia e Inglaterra que le proporcionan apoyo político y bélico. En la pasada crisis la monarquía Saudí ofreció a los Estados Unidos su espacio aéreo para bombardear a Irán; envió tropas a Bahréin para aplastar la resistencia de tendencia pro-iraní que venía realizado disturbios antigubernamentales; ha adelantado una intensa campaña anti siria para ayudar a derrocar a Basar al-Ashad, aliado de Irán; ya anunció un rearme con la compra de 84 aviones cazas F-15 a los Estados Unidos por 30 mil millones de dólares, la actualización de sus sistema antimisiles, lo mismo que lo viene haciendo Kuwait, y la compra de arsenal militar por 60.000 millones de dólares que le aprobó el Congreso norteamericano hace ya un año. Pero no solo se arman los saudí, lo hace también su aliado Emiratos Árabes que acordó con el Pentágono la compra de un poderoso sistema antimisiles por un valor de 3.500 millones de dólares con el fin de mejorar su seguridad en una hipotética confrontación con Irán.
Como reacción a las sanciones Irán advirtió que bloqueará el estrecho de Ormuz por donde trafica buena parte de los hidrocarburos que exportan los países del Golfo y que mueven la economía mundial. Los jerarcas del Pentágono y los órganos de defensa de las potencias europeas temen este desenlace. Saben que de cumplirse las amenazas de Teherán se generarían un gran caos en la región que arrastraría al medio oriente y afectaría negativamente el sistema económico internacional.
Las potencias imperialistas se la jugaran por una acción directa y utilizarán a sus agentes en la región: Israel puede ser quien inicie el altercado. Hay tres bases norteamericanas cerca de irán: En Bahréin está la Quinta Flota y en Catar el Comando Central. En o CENTCOM. Kuwait hay una base militar a escasos kilómetros de las costas iraníes.
Por su parte Irán resistirá, y los pueblos del mundo que observan acuciosos el curso que toman los acontecimientos, brindarán su respaldo a pueblos como el iraní que resisten la embestida imperialista y defienden su autodeterminación.
El pasado diciembre, el presidente norteamericano Barak Obama promulgó una Ley que contiene nuevas y endurecidas sanciones contra la economía Iraní que afectan su sistema financiero y promueven un embargo a sus exportaciones petroleras. La medida incluye un castigo a las empresas nacionales y extranjeras que realicen transacciones con el Banco Central de Irán y está a punto de ser adoptada por la Unión Europea, UE.
Estas nueva ola de sanciones se suma a la ya larga lista de condenas que los Estados Unidos y sus aliados han impuesto a Irán en las últimas tres décadas desde la llegada los Ayatolas al poder y cuyo objetivo confeso ha sido el estrangulamiento económico y la desestabilización política de la República Islámica.
Después de aparecida la ley, ha sido Francia el país que ha liderado la concreción de tales sanciones y con su concurso se ha buscado hacerlas extensivas a todo el continente europeo y a Asia. No obstante, el boicot a las exportaciones petroleras iraníes y las demás sanciones impuestas, hay nerviosismo en varios países importadores por una posible distorsión de los mercados mundiales y el alza en las cotizaciones.
Irán es hoy el tercer productor de la OPEP con un flujo de exportación de 2,5 millones de barriles de petróleo diarios, solo detrás de Arabia Saudita y Emiratos Árabes, y el cuarto mundial detrás de Rusia. Del total de las exportaciones iraníes, el "continente europeo" adquiere el 18%, de los cuales sólo una porción que oscila entre el 5 y 6% tiene como destino los países de la UE, lo que ha puesto en duda la efectividad del embargo que están ad portas de acordar en la Unión.
Lo que pueda ocurrir, especialmente en lo relativo a una alteración de los precios internacionales del crudo, preocupa en mayor medida a los países que más duro ha golpeado la reciente crisis de la deuda europea, Italia, España, y Grecia, coincidentemente, los mayores receptores europeos del petróleo iraní; Italia importa 180 mil barriles diarios, España 160 mil, y Grecia 100 mil barriles, mientras que Francia, el más furioso promotor de las sanciones, importa solo el 3% de su petróleo de Irán.
La decisión de estrangular la economía iraní, no puede lograrse solo con mermar las importaciones de la UE. Las cifras demuestran que es posible sólo si los auspiciadores de estas medidas logran sumar más países a su causa. La idea de las potencias imperialistas es convertir estas medidas en un embargo internacional de gran alcance con el fin de liquidar financieramente a la República Islámica. Francia y los EEUU le han pedido a Japón y a Corea del Sur, quienes después de China e India son los mayores compradores de crudo iraní, que se sumen al embargo, pues saben que de no cortar el flujo hacia Asia, la medida tampoco tendrá efecto alguno.
Recientemente lograron que Japón aceptara. Tokio pidió a Arabia Saudí y a Emiratos Árabes un acuerdo para compensar el petróleo iraní, y seguramente Seúl hará lo propio, no obstante las presiones que en sentido contrario pueda ejercer China que hoy figura como su principal socio comercial y ha expresado su desacuerdo con las sanciones, aun cuando de uno u otro modo el embargo pueda favorecerle en lo inmediato.
Beijín es el mayor comprador de crudo iraní, adquiere el 22% del total de sus exportaciones petroleras y sabe que el desespero de Teherán por la caída de sus exportaciones puede llevarle a ofrecer a sus actuales compradores precios baratos, lo que le favorecería, del mismo modo que a su segundo mejor cliente, la India, que consume el 13% del crudo exportado por Irán; favorecería también a Corea del Sur y al propio Japón. Pero de otro lado los chinos saben que de colapsar Irán esto le conduciría a tener que depender en última instancia del petróleo ruso, que es más caro, o depender totalmente de los saudí, los Emiratos y Kuwait, que quedarían con el monopolio del mercado y cuentan con el defecto de ser los áulicos del imperio norteamericano en el Golfo.
Para los EEUU es importantísimo crearle dificultades a China y esto lo puede lograr liquidando a Irán, que es su principal proveedor energético. No se puede olvidar que el erguimiento de China en los últimos años, en lo económico y sobre todo en lo militar, preocupa mucho a Washington, razón por la que han decidido hacer todo lo que esté a su alcance para boicotear su economía y ganarle terreno político-militar en sus regiones de influencia. La caída de Irán tiene implicaciones geopolíticas negativas para el gigante asiático.
El As que tienen las potencias europeas, especialmente Francia y, los Estados Unidos, para evitar una perturbación del comercio mundial de crudo es compensar la brecha dejada por el petróleo iraní con un mayor bombeo por parte de otros productores de alta talla. París informó sobre conversaciones con algunos países productores con el fin de neutralizar cualquier tendencia alcista en el precio del petróleo. Estos países son Arabia Saudita, que es el primer proveedor mundial con una producción que supera los 8 millones de barriles diarios, junto con Emiratos Árabes y Kuwait. La producción de estos tres colosos suman casi 14 millones de barriles de crudo al día y estarían en capacidad de aumentar la producción para equilibrarla en los 30 millones de barriles diarios, que es la tasa que hoy tiene fijada la OPEP incluyendo la cuota de Irán para suplir la demanda mundial.
Otro hecho que no se puede soslayar es que a Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Kuwait no les sirve el actual equilibrio de fuerzas que existe en la OPEP, pues les impide manipular los precios a favor de Europa y los EEUU. Fue el bloque conformado por Irán, Libia, Venezuela, Argelia y Ecuador, el que, bloqueó la propuesta de incrementar la producción mundial de 29 millones de barriles diarios a 30.3 millones cuyo fin era abaratarles el combustible a los países consumidores.
Luego del fracaso de esta propuesta sobrevino una avalancha de críticas contra la OPEP por parte de Arabia Saudí que finalmente incrementó su cuota de producción por encima de la voluntad del organismo dejando en 30 millones de barriles la producción diaria del combustible por parte de la OPEP. Este episodio constituyó un punto de inflexión que dio origen a la actual escalada contra Irán, el principal opositor a los planes de los saudí y sus aliados en la OPEP.
Actualmente Arabia Saudí es el país más rico del Golfo y el mejor armado, lo que lo hace un adversario temible, especialmente si cuenta con el poder imperialista de los EEUU, Francia e Inglaterra que le proporcionan apoyo político y bélico. En la pasada crisis la monarquía Saudí ofreció a los Estados Unidos su espacio aéreo para bombardear a Irán; envió tropas a Bahréin para aplastar la resistencia de tendencia pro-iraní que venía realizado disturbios antigubernamentales; ha adelantado una intensa campaña anti siria para ayudar a derrocar a Basar al-Ashad, aliado de Irán; ya anunció un rearme con la compra de 84 aviones cazas F-15 a los Estados Unidos por 30 mil millones de dólares, la actualización de sus sistema antimisiles, lo mismo que lo viene haciendo Kuwait, y la compra de arsenal militar por 60.000 millones de dólares que le aprobó el Congreso norteamericano hace ya un año. Pero no solo se arman los saudí, lo hace también su aliado Emiratos Árabes que acordó con el Pentágono la compra de un poderoso sistema antimisiles por un valor de 3.500 millones de dólares con el fin de mejorar su seguridad en una hipotética confrontación con Irán.
Como reacción a las sanciones Irán advirtió que bloqueará el estrecho de Ormuz por donde trafica buena parte de los hidrocarburos que exportan los países del Golfo y que mueven la economía mundial. Los jerarcas del Pentágono y los órganos de defensa de las potencias europeas temen este desenlace. Saben que de cumplirse las amenazas de Teherán se generarían un gran caos en la región que arrastraría al medio oriente y afectaría negativamente el sistema económico internacional.
Las potencias imperialistas se la jugaran por una acción directa y utilizarán a sus agentes en la región: Israel puede ser quien inicie el altercado. Hay tres bases norteamericanas cerca de irán: En Bahréin está la Quinta Flota y en Catar el Comando Central. En o CENTCOM. Kuwait hay una base militar a escasos kilómetros de las costas iraníes.
Por su parte Irán resistirá, y los pueblos del mundo que observan acuciosos el curso que toman los acontecimientos, brindarán su respaldo a pueblos como el iraní que resisten la embestida imperialista y defienden su autodeterminación.
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