Liliana Andrea López, Bogotá, Julio de 2012.

La quinta locomotora del Plan Nacional de Desarrollo de Juan Manuel Santos, grande en su tamaño como en su ambición, promete ser de los principales ejes del desarrollo económico colombiano. Nuestro país es rico en diversos recursos, deberíamos explotarlos al máximo y a toda costa ¿O no?

La minería ha crecido, de eso no cabe duda: El año pasado el 65% de las exportaciones fueron por concepto de materias primas; las tasas de crecimiento entre el 2010 y el 2011 fueron: petróleo, 68%; carbón, 36%; y oro, 35%. Según las proyecciones del gobierno nacional, en el 2014 la producción de carbón debe estar en 124 millones de toneladas y en oro deberán ser 73 toneladas. [2] Con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos es dudoso decir que esto cambie de dirección. De este modo, los ingresos son seguros y la prosperidad ya no es cosa de un sueño. Sin embargo existe un problema: lo último es falso.

De acuerdo con las cuentas nacionales del Dane, el sector minero en el 2010 debió pagar $15,3 billones de pesos en impuestos, sin embargo pagaron $5,6 billones. Los $9,7 billones restantes son exenciones tributarias, elusión o evasión fiscal, lo cual corresponde a un monto superior al percibido por concepto de regalías, el cual fue de $6,4 billones de pesos. En el caso del carbón, entre el 2002 y el 2010, estas empresas debieron pagar una tasa de tributación sobre las utilidades de 35%, pero solo pagaron 8%. [3]

Hoy por hoy, en Antioquia, 10 de 13 de las mayores empresas mineras son canadienses. Departamentos como La Guajira, que posee la mitad de los recursos de carbón en Colombia, también se cuenta como el departamento más pobre del país y, coincidencialmente, es el templo del Cerrejón. [4] En el Cesar la Drummond (segunda empresa de explotación minera más grande del país) ha dejado como secuela incluso la Asociación de Trabajadores Enfermos de la Drummond, ASOTRED, por sus condiciones paupérrimas de trabajo sumada a la persecución a sus trabajadores.

Claudia Jiménez, directora de la Asociación Sector de la Minería a Gran Escala, dijo que “La locomotora va. Pero falta construirse los rieles para permitirle que viaje a todo vapor” [1]. Al contrario, se ve que sí lo están; están firmemente construidos con la sangre de los colombianos, van apuntando hacia el norte y llevan consigo nuestros recursos sin promesa de pronto retorno.

Por eso mismo este Primero de Agosto gritaremos, “¡Defendamos la vida, frenemos la Locomotora Minero-energética!”.

________________________
[1] ’A la locomotora minera falta construirle los rieles’ – El Espectador, http://m.elespectador.com/impreso/n... [2]http://www.eltiempo.com/opinion/col... [3]http://www.portafolio.co/economia/b... [4]http://www.nasaacin.org/contexto-co...

0 comentarios:

Publicar un comentario