Darío Arenas Villegas
Representante Estudiantil Consejo Superior
Universidad de Caldas

En el marco del cese de actividades de aproximadamente 300 docentes y de la decisión de los estudiantes de entrar en asamblea permanente como medida de rechazo al intento de catedratización de la Universidad de Caldas, este 6 de diciembre en medio de las múltiples expectativas generadas, el Consejo Superior de esta institución tomó determinaciones en torno a los acuerdos de ocasionales y catedráticos aprobados por esta corporación el día 26 de noviembre.

Los consejeros, a raíz de la información aportada por el representante profesoral, se enteraron que dichos acuerdos, pese a haber sido aprobados por las mayorías del Consejo Superior la semana pasada, aún no habían sido firmados por la presidente de este órgano colegiado (Yasmín Molina, delegada del Ministerio de Educación Nacional), por lo que no tenían vigencia y no podían ser reglamentados, suspendidos o derogados.

Los consejeros consideraron que al no haberse firmado estos acuerdos y por ende no existir desde el punto de vista jurídico o ser simplemente proyectos de acuerdo, lo que se tendrá que realizar es discutir nuevamente los indicadores del estudio de planta docente y realizar las modificaciones y ajustes que requieran los acuerdos de ocasionales y catedráticos ya existentes. Se determinó acatar parcialmente la propuesta del Consejo Académico, en la cual se definió que esta corporación deberá definir “una metodología participativa de trabajo para estimar las necesidades docentes actuales y futuras (por separado) en cada uno de los departamentos de la Universidad, con participación de profesores y estudiantes (…)”. Los resultados que emanen de este espacio deberán ser ratificados posteriormente por el Consejo Superior.
La movilización y la resistencia de los profesores y estudiantes lograron hundir una de las más retardatarias medidas que se hayan intentado aplicar en los últimos años en la institución: la catedratización de la Universidad de Caldas. El movimiento además propició la urgente y necesaria discusión sobre la calidad y la excelencia académica en nuestra alma mater. La lucha masiva, argumentada y creativa que dimos en dos semanas tendrá que ser refrendada y fortalecida el próximo semestre, no solo en el ámbito local sino en el nacional en la lucha por una nueva ley de educación superior que responda a las reales necesidades de un país urgido por recuperar su soberanía.

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