Alejandro Rayran
Representantes Estudiantil ante el Consejo Directivo
Universidad Externado de Colombia
@AlejandroRayran
Durante los últimos tres años, analistas políticos y periodistas han hecho creer a la población que existe un cien por ciento de diferencias entre las políticas aplicadas por Juan Manuel Santos y las del expresidente Álvaro Uribe Vélez; pero lo que no le han esclarecido al público es que el noventa y nueve por ciento de sus políticas las comparten y que solamente el uno por ciento difieren y lo antagonizan a su máxima expresión.
Juan Manuel Santos ha cuidado muy bien los tres huevitos que le encomendó con juramento Álvaro Uribe Vélez. Profundizó la confianza inversionista, el primer huevo, pues en 2010 la Inversión Extranjera Directa, IED, fue de 6.753 millones de dólares, pero en 2012 pasó a 15.612 millones de dólares[1], es decir, aumentó más del cien por ciento. Sumado lo anterior a la firma de los acuerdos comerciales con países como Corea del Sur, que atenta directamente contra la escasa industria que queda, la Unión Europea, Israel, Panamá y muchos más.
El segundo huevito bien cuidado son las políticas sociales. Si Uribe presentó ante el congreso la Ley 100 de 1993, Santos la reformó para seguir fortaleciendo los grandes monopolios de la salud. Si Uribe creó con la ley 789 de 2002 las cooperativas de trabajo asociado y tercerizó a miles de trabajadores, Santos golpeó la clase media trabajadora con la reforma tributaria, engordó las arcas del sector financiero y premió a multinacionales con exorbitantes exenciones de impuestos. Y si Uribe pauperizó la educación no transmitiendo recursos a las universidades y debilitando la calidad del SENA, Santos no reconoció la crisis educativa e intentó pasar una reforma que, si no hubiese sido por la loable tarea de la MANE y los estudiantes, habría sido otro golpe más al pueblo colombiano.
La seguridad democrática, el tercer huevito, no solamente se aborda desde el conflicto armado interno sino también desde la seguridad nacional. Las políticas son idénticas, pues si Uribe propuso las diez bases norteamericanas en territorio colombiano, Santos no dijo ni mu al recibir la noticia de que somos el país más chuzado por Estados Unidos.
La única diferencia entre Santos y Uribe son cosas superficiales y banales, pues Santos presenta diplomáticamente las reformas que atentan contra los colombianos, le es difícil expresarse en público y sus vehículos con los que se transporta, donados por los Estados Unidos, son BMW 750Li, a diferencia con Uribe, que presentaba los proyectos con amenazas y groserías, le era fácil hablar en público y andaba en camionetas campero. Quitando lo anterior, los colombianos no pueden menos que concluir que se trata de dos lobos de la misma manada.
Pero ante las políticas neoliberales de Santos y Uribe, los colombianos tienen una opción para transformar la realidad que les rodea, deben organizarse y movilizarse, pues es la única manera comprobada como se pueden derrotar este tipo de políticas. Y si no es así, que no lo digan los campesinos, estudiantes, trabajadores, camioneros y abogados que se han movilizado en el actual gobierno.
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[1] http://www.proexport.com.co/sites/default/files/reporte_de_inversion_a_i_trim_2013.pdf
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